Dentro de la comunidad internacional, México actúa como intermediario entre los países industrializados y los países en desarrollo. El país juega un papel activo en organismos internacionales como las Naciones Unidas y la Organización de los Estados Americanos (OEA).
El Banco Mundial clasifica a México como un país de ingreso medio-alto. Sin embargo, el país se caracteriza por grandes disparidades sociales. Más del 40 por ciento de la población vive en la pobreza. La delincuencia, la gobernanza carente de transparencia, la escasez de trabajadores calificados, los abusos de los derechos humanos y la corrupción son impedimentos para el desarrollo.
Cooperación para el desarrollo
Como un G20 México está comprometido con los esfuerzos para fomentar una estrecha consulta internacional sobre cooperación financiera, técnica y ambiental. El país es uno de los socios de desarrollo global con los que el Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo (BMZ) pretende entablar una estrecha asociación estratégica.
El enfoque de la cooperación México-Alemania es proteger y conservar los bienes públicos globales. El énfasis está en el suministro de energía sostenible de acuerdo con las necesidades del país, y en la protección y uso sostenible de los recursos naturales. Alemania no apoya ninguna actividad que México, gracias a su fuerte economía, pueda financiar con sus propios recursos.
En los últimos años, México mismo ha asumido un papel de donante en el campo de la política de desarrollo en América Latina. Alemania está apoyando este nuevo papel. A través de acuerdos de cooperación triangular, México y Alemania pueden transmitir su experiencia combinada a otros países de la región. Además, los dos países han establecido un Fondo Conjunto Mexicano-Alemán para financiar proyectos de gobernabilidad, y cada parte contribuye con una parte igual de los fondos.